Detlef Kappeler

Nordholz

En 1974, animado por los propios estudiantes, acepta o su nombramiento como profesor titular del Departamento de Pintura y Artes Gráficas de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Hannover.

En esta época su trabajo como docente se centra en la experimentación con modos de expresión alternativos, al mismo tempo que su figura se consolida en los círculos de discusión sobre política, libertad de expresión, medio ambiente, energía atómica y otros acontecimientos mundiales de relevancia.

Kappeler vive en Nordholz con su mujer Almut, y otros intelectuales de izquierda de la época. Durante su estancia en este pequeño núcleo rural en el Mar del Norte, conoce a una familia de vecinos que le sirve de inspiración para el ciclo que precisamente lleva el nombre de su aldea.

Su correspondencia con el filósofo Burghart Schmidt, antiguo colaborador de Ernst Bloch, está activa desde 1973, y la obra de Bloch, «El Principio Esperanza» (1954-1959), adquiere un papel importante en el pensamiento artístico del pintor.

En Nordholz, Kappeler encuentra una forma íntima de trabajar dentro de una familia de pequeños campesinos rurales, con la que convive durante varios años, toma apuntes, hace bocetos y escribe un diario. Muchas de las piezas son creadas de forma espontánea en momentos de interacción con el día a día.

En esta fase, Kappeler se da cuenta de que en su entorno existen ejemplos de contrastes severos y extrae el contenido de sus piezas de la convivencia con sus vecinos. El artista lo comenta de esta manera:

Convivir con sus problemas, con sus preocupaciones cotidianas, con sus sueños; la observación precisa de las manifestaciones de sus contradicciones y de las mías era un requisito previo para intentar penetrar de algún modo en su realidad.

Kappeler, 1983.

Detlef y Almut Kappeler con su vecino Heinrich en Nordholz

A través del dibujo y el grabado, trata de hacer visibles las experiencias de sus vidas, mostrando amenazas, opresión y explotación. Se interesa por estudiar, de manera específica y concreta, tomando como ejemplo esta familia, cuestiones que son comprensibles en la sociedad a nivel global.

Kappeler utiliza diferentes procedimientos artísticos para resaltar el carácter fragmentario de las piezas y superar con esto la condición estática de la obra pictórica, al mismo tiempo que refleja el carácter fragmentario de su presente. Además, el título que les da a estas obras, «Proyecto Nordholz», hace referencia al contexto épico-narrativo de los trabajos, que tienen un carácter cíclico. Estas características épicas, cíclicas y fragmentarias crean una contradicción inherente al arte, pero que Kappeler utiliza para resaltar las contradicciones de la realidad y la existencia, siendo esta contradicción su punto de partida.

Schmidt, 1976

La vida de esta familia está sujeta a las limitaciones de la pobreza, la presión psicológica familiar y condiciones difíciles y anticuadas de trabajo, puntos que se expresan en los dibujos de Kappeler a través de rostros que parecen máscaras con miradas en blanco que se dirigen hacia el interior.

Se convierte así en un mediador de la experiencia vital de la vida concreta del campesinado, mostrando y marcando su existencia como algo especial, en la que coexisten nuevas y viejas formas de trabajar y vivir, para llegar a la conclusión de que existen diferentes perspectivas de lo que es real.

Kappeler encuentra la manera de mostrar la incertidumbre de sus vidas en un mundo que les resulta extraño.

Aus dem Projekt Nordholz. Prueba de artista (ca. 1975/6) Aguafuerte, 53x41/ 31’5x23

La base intelectual la encontramos en los textos del filósofo Ernst Bloch y su teoría de la «Ungleichzeitigkeit» (no-contemporaneidad o no-simultaneidad).

No todas las personas existen en el mismo momento del Ahora. Lo hacen solo de manera externa, por el simple hecho de que son visibles. Pero eso no significa que estén viviendo al mismo tiempo que los demás.

Bloch, 1977.

Nordholz-Detlef-Kappeler
Detlef Kappeler. Detalle de la instalación sobre la No-Contemporaneidad en la exposición sobre Nordholz.

Este concepto resalta la existencia de rupturas y discontinuidades en el desarrollo histórico: en un momento determinado, hay grupos o clases sociales que se encuentran en contradicción con su presente y vuelven su mirada hacia el pasado. El término se refiere al solapamiento de distintas realidades temporales, y Kappeler pretende mostrar lo que la realidad en un principio oculta, pero que sale a la luz cuando la examinamos detenidamente.

Los trabajos y apuntes del artista intentan descubrir la historicidad de la vida cotidiana, dejando claro su referencia a la realidad sin caer en su representación canonizada. Dicha realidad no se puede encontrar con una simple imitación de lo visible y Kappeler asume el precio de ser difícil de entender para cualquier persona que busque armonía.

Sus piezas se están convirtiendo [en esta época] cada vez más en encarnaciones de contextos históricos y patrones literarios y filosóficos; analiza con sus trabajos las consecuencias de las contradicciones sociales, la no-contemporaneidad en el desarrollo de las mentalidades y las esperanzas, muy a menudo opuestas entre las personas.

Syring, 2001.

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